jueves, 11 de noviembre de 2010

Inversionistas Ángeles en México

Hernán Fernández Lamadrid, Fundador del fondo de capital Angel Ventures Mexico, expone el panorama de los inversionistas ángeles en nuestro país.

El Angel Investor o inversionista ángel se define como un individuo que puede proveer de "capital inteligente" a un proyecto emprendedor. Por lo general estos inversionistas tienen algo de experiencia en el sector en el que están interesados en invertir, usualmente es gente que se sienta con el empresario en un concejo de administración, va a pedir políticas de gobierno corporativo y temas de transparencia.

El capital inteligente que pueden aportar va más allá de la simple acción de invertir, es relevante para los emprendedores porque puede abrir una lista de contactos, clientes o proveedores. El inversionista ángel siempre acompañará al emprendedor al momento de tomar decisiones estratégicas, es un socio que incluso puede conocer más del negocio que el mismo emprendedor.

El problema de los ángeles inversionistas en México es que están dispersos, existen pocos grupos que funcionan, pero por cuestiones de inseguridad y falta de confianza no están abiertos a recibir proyectos de externos. Es una cultura que tiene que cambiar, en otros países está mucho más desarrollado este sistema, en Estados Unidos hay alrededor de 480 grupos de inversionistas ángeles, la mayoría afiliados a la Angel Capital Asociation (ACA por sus siglas en ingles), de la cual la firma Angel Ventures México es el único miembro registrado de nuestro país.

El inversionista ángel es usualmente el exfundador de una empresa, un exdirector general o incluso académicos (sobre todo en Estados Unidos), generalmente está dentro de la empresa en un lapso de tres a siete años, en promedio cinco años y luego busca una salida a su inversión, se puede dar por la recompra de acciones de los mismos emprendedores, comúnmente con tasas de retorno de inversión superiores al 28%.

En Estados Unidos existe la opción de manejar una salida a bolsa, a pesar de que hay poca evidencia de esto, casi siempre hay una etapa intermedia de fondos de venture capital, los inversionistas ángeles se diluyen para dar la entrada al fondo de venture capital o también puede ser que los inversionistas ángeles continúen junto con los fondos de venture capital y le metan más liquidez a la empresa.

Los inversionistas ángeles no tienen grandes capitales, por lo que se debe ser consciente de que el dinero que se invirtiertr se puede perder porque es capital de riesgo. El inversionista tiene que considerar que puede perder el 100% de la inversión, por lo que no debe de involucrar su patrimonio familiar o su estilo de vida, es fundamental saber cuáles son los límites para ser un inversionista ángel.

Los montos que pueden aportar van de 50 mil dórales hasta un millón de dólares, que son los montos que requieren las empresas en etapas tempranas, por esta razón los inversionistas ángeles entran en etapas tempranas, o incluso en etapas de expansión para Pymes. En México el capital ángel puede llegar a abarcar hasta dos millones de dólares.

Para romper con los paradigmas sobre este tema en México, uno de los puntos que hay que enfatizar es el factor humano que debe haber entre los emprendedores e inversionistas. Es importante que haya un gran contacto entre inversionistas y el emprendedor, necesita haber una relación de confianza, pero México aún está muy fragmentado en ese aspecto, se necesita mejorar las condiciones de seguridad y organismos que estén dedicados a ofrecer apoyos a grupos de inversionistas.

Sobre el autor:
Hernán es maestro en administración de empresas (MBA) por el MIT Sloan School of Management y licenciado en derecho por el ITAM. Su experiencia profesional la desarrolló en la firma líder de consultoría estratégica Booz Allen Hamilton-México, en calidad de consultor de negocios, y en PricewaterhouseCoopers, como abogado corporativo en las oficinas de México y Francia.

En el transcurso de su maestría, Hernán trabajó como consultor para la iniciativa de negocios sustentables del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP-GSB), en Nueva York y Paraguay, así como para Tecnonexo, una empresa Endeavor en Argentina.

Fuente: Endevor

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